Es uno de los clásicos ejercicios que se suelen realizar en el gimnasio y hay distintas formas de llevarlas a cabo. Vamos a describir brevemente la zona que queremos trabajar: el centro del cuerpo o la mansión del poder como diría Joseph Pilates.

A continuación vemos la imagen que corresponde con la fascia abdominal donde se puede ver los cuatro músculos que componen la zona abdominal: Transverso (el más profundo), oblicuo interno, oblicuo externo y por último y el más conocido dentro del gimnasio, el recto del abdomen.

Diríamos que es el que más se suele trabajar ya que forma la capa más visible y a la postre estética. A continuación describimos como afectan los ejercicios que solemos hacer. También podemos observar en la imagen los músculos posteriores que forman parte de la espalda.

 

¿ES IMPORTANTE TRABAJAR LA MUSCULATURA PROFUNDA?

¿SON IMPORTANTES LOS CIMIENTOS DE UNA CASA?

  • Movimientos repetitivos. Ya sea en flexión o en torsión es cierto que activamos la musculatura del recto abdominal y la musculatura oblicua, respectivamente. Pero este tr
    abajo tendría sentido cuando la musculatura profunda es fuerte y nunca sería la base de nuestro programa de movimiento. Si además a este método se le añade carga externa, la presión en los discos intervertebrales es mayor lo que puede producir dolor en la espalda.
  • Plancha en prono. Es otra de las piezas del puzle donde se trabaja la musculatura más profunda ya que el cuerpo debe trabajar en movimiento de ANTIextensión. Una plancha bien ejecutada debe activar los principales músculos estabilizadores, (transverso, oblicuo interno y externo, multífido, erectores espinales y el glúteo medio), otro elemento estrella que no puede faltar en la construcción es el control de LA RESPIRACIÓN y en este caso debe ser diafragmática y no abdominal, como estamos acostumbrados. Es un elemento que se debería trabajar de forma transversal sin distinguir un medio u otro de entrenamiento.
  • Pilates, a priori es un buen método. Es decir, trabaja la respiración y la coordina al movimiento y no usa cargas externas a nuestro cuerpo. Una buena práctica guiada y adaptada a las necesidades del usuario, conseguirá poner a tono tu abdomen.
  • Técnica hipopresiva, este método se divide en dos grandes bloques de trabajo: la postura y la respiración. Dentro de este último podríamos considerar la APNEA que consiste en no respirar y ahuecar el abdomen. Es importante aclarar que hay trabajo hipopresivo atendiendo solo a las pautas posturales y debe ser el objetivo de las primeras sesiones.

 

Por lo tanto elegir un buen método de entrenamiento será la segunda clave para fortalecer tu abdomen. Y por último se tiene en cuenta la nutrición donde se atiende al balance energético, y es importante tener en cuenta el tipo de alimento que ingerimos y como afecta al estomago.

Hay que tener en cuenta que hay ciertos alimentos llamados DESIQUILIBRADORES que restan eficacia al funcionamiento de nuestro cuerpo, existen dos tipos (1) expansivos que inflaman nuestro estomago tienen un efecto acidótico y de enfriamiento y (2) contractivos, tienen un efecto de contracción y estacan los órganos. Por el contrario hay alimentos EQUILIBRADORES que ayudan y mejoran el funcionamiento del organismo (Pinsach, Técnicas Hipopresivas, 2015):

DESIQUILIBRADORES

CONTRACTIVOS

EXPANSIVOS

Hidratos de carbono refinados o procesados: azucares, arroz blanco , trigo blanco, pan blanco, bollería.

Lácteos blandos: leche animal, yogures, quesos blandos

Verduras enfriadoras y acidificantes: lechuga, tomate, berenjena y pimiento

Especias: Marcado carácter expansivo

Bebidas refrescantes y estimulantes: Alcohol, refrescos y estimulantes como el café.

Carnes rojas y huevos

Lácteos duros (quesos)

Sal: Es vital para el organismo pero sin refinar y siempre en cantidades adecuadas y nunca debe consumirse cruda

 

 

EQUILIBRADORES
Hidratos de carbono complejos: Cereales integrales, (arroz integral, mijo, quínoa, trigo sarraceno …)

Proteínas de origen vegetal (legumbres, seitán, temphe, tofu (siempre poca cantidad)

Proteínas de origen animal: pescados y carnes blancas

Lípidos: Aceites vírgenes de primera prensión en frío (oliva, girasol, sésamo) y semillas oleaginosas (sésamo, girasol, calabaza…)

Vitaminas: verduras y frutas locales y de temporada (tienen efecto enfriador, en procesos inflamatorios mejor no comer crudas)

Minerales: Sal no refinada, algas marinas, Te de tres años o té kukicha. Además de de remineralizar, alcalinizan la sangre ya que suben el PH)

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies