En los últimos años estamos oyendo hablar cada vez más de alergias alimentarias como la alergia al gluten o la lactosa. En esta ocasión os hablaremos del gluten (aunque sin olvidar a la alergia a la lactosa, porque a veces guardan relación), ya que en España afecta a uno de cada 100 ciudadanos (aunque 6 de cada 7 casos están sin diagnosticar).
-¿Qué es la alergia al gluten? El gluten es una proteína compuesta por: gluteina y gliadina, siendo la gliadina el péptido responsable de la enfermedad celiaca. El gluten completamente hidrolizado al pasar al estado de aminoácido (porción más pequeña en que puede ser convertida una proteína) no resulta tóxico, pero sí lo es cuando está parcialmente digerido, ya que la gliadina es incapaz de convertirse en su correspondiente aminoácido. Abunda especialmente en el trigo y el centeno, además en cebada y avena.
-¿Qué provoca en los alérgicos al gluten? Aunque se consuma en pequeñas cantidades , aumenta el riesgo de padecer graves efectos secundarios a largo plazo (linfoma de intestino delgado, carcinoma esofágico o faríngeo). ¿Por qué? Porque afecta a la mucosa del intestino delgado (que es dónde se absorben los nutrientes) atrofiando las vellosidades (que absorben los nutrientes para que podamos usarlos) lo que se traduce en una mala absorción, mala digestión…
-¿Cómo se detecta la alergia al gluten? A menudo los primeros síntomas aparecen durante la segunda mitad del primer año de vida, después de añadir a la dieta alimentos con trigo. El niño afectado se muestra irritable y descontento, experimentando pérdida de apetito y comenzando a presentar frecuentes deposiciones, además de ralentizar el aumento de peso. ¿Si se elimina el gluten? los pacientes pasan a ser asintomáticos ya que se regenera en pocos meses la mucosa del intestino delgado y pueden hacer vida normal.
-¿Cómo tratamos la alergia al gluten? Es una enfermedad crónica que ha de ser controlada con dieta. Debemos suprimir de por vida la gliadina. Deberíamos eliminar además las harinas de trigo, centeno, cebada, avena y cualquier alimento que pueda contenerla.
Además, de suprimir la gliadina de la dieta, tendríamos que complementarla con vitaminas, minerales y proteínas extrapara compensar los posibles deficits de nutrientes. Podríamos consumir alimentos sustitutivos, como los elaborados a base de maíz, patatas, arroz, soja, tapioca, etc.
Tras suprimir la gliadina y tener una dieta apropiada, comienza a recuperarse la mucosa gastrointestinal, recuperándose también la lactasa (responsable de la también famosa “intolerancia a la lactosa”) y el paciente puede tener una vida plénamente normal.
-¿Cómo los podemos identificar? Debemos estar muy atentos al etiquetado, ya que existen alimentos como estos que no llevan gluten: Leche y derivados, carnes y vísceras, pescados frescas, congeladas y conservadas al natural, pescados frescos y congelados sin revosar, huevos, verduras, hortalizas, frutas, arroz, legumbres, etc. Pero también existen otros alimentos que según el proceso de elaboración pueden llevarlo como: los embutidos, quesos, hamburguesas, salsas, helados, etc.
Pero repetimos, lo mejor es estar atento al etiquetado posterior, ya que ahí es dónde se indica si contiene gluten (cebada, el trigo, centeno o avena), además de estar atentos a que lleve el logo de “Sin gluten”, que aún no está unificado, pero lo podemos identificar en general con una espiga de trigo. 
Espero que os haya gustado. Un saludo y gracias por leerme.
Álvaro L. Entrenador Personal y Coach Deportivo.
