El ejercicio físico tiene varios beneficios para las personas con Alzheimer. Aquí hay algunos beneficios clave:
- Mejora de la función cognitiva: El ejercicio regular puede mejorar la función cognitiva en personas con Alzheimer, incluyendo la memoria, la atención y la velocidad de procesamiento.
- Reducción del riesgo de desarrollar Alzheimer: La actividad física regular puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Estudios han mostrado que las personas que tienen bajos niveles de actividad física diaria tienen más probabilidades de desarrollar Alzheimer en comparación con aquellas que tienen altos niveles de actividad física.
- Mejora del estado de ánimo y el bienestar: El ejercicio regular puede ayudar a mejorar el estado de ánimo, reducir el estrés y mejorar la calidad del sueño. Esto puede ser especialmente beneficioso para las personas con Alzheimer, ya que pueden experimentar cambios en el estado de ánimo y dificultades para dormir.
- Mantenimiento de la función física: El ejercicio ayuda a mantener los músculos, las articulaciones y el corazón en buen estado. También puede ayudar a mantener un peso saludable y hábitos regulares de eliminación y sueño.
¿Por qué deberían entrenar fuerza las personas con Alzheimer?
1.Mejora del equilibrio y la coordinación: El entrenamiento de fuerza puede ayudar a mejorar el equilibrio y la coordinación, lo cual es especialmente importante para prevenir caídas y lesiones en las personas con Alzheimer. El fortalecimiento de los músculos que se utilizan para mantener el equilibrio puede mejorar la estabilidad y la confianza al caminar o realizar otras actividades.
2. Estimulación cognitiva adicional: El entrenamiento de fuerza puede proporcionar una forma adicional de estimulación cognitiva para las personas con Alzheimer. La realización de ejercicios que requieren concentración y seguimiento de instrucciones puede ayudar a mantener la mente activa y promover la conexión entre el cuerpo y el cerebro.
Es importante tener en cuenta que el ejercicio debe adaptarse a las capacidades y necesidades individuales de cada persona con Alzheimer. Siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud antes y el ejercicio físico antes de empezar.