¿Se debe realizar trabajo de fuerzas en niños?
La planificación y periodificación del entrenamiento específico de fuerza en niños y jóvenes de entre 6 y 18 años debe estructurarse en base a diferentes características individuales, dependiendo de la edad y el sexo, ya que por ejemplo el grado de maduración y de desarrollo nunca es igual en jóvenes nacidos en el mismo año; así pues en base a esta característica principal se debe fraguar la frecuencia de entrenamiento, el incremento progresivo de las cargas y el nivel de dificultad técnico orientando a cada niño/a la individualización del proceso de entrenamiento o en las primeras franjas etarias el proceso de enseñanza-aprendizaje.
La fuerza es una de las principales características física del ser humano en todas sus edades y se manifiesta en cualquier actividad o ejercicio físico, pues todo movimiento está basado en fuerza muscular. Se utiliza por ejemplo para movimientos tan cotidianos como para cambiar la situación en el espacio de cualquier objeto en relación al cuerpo o la posición de las propias partes del cuerpo.
Con una buena planificación y estructuración el entrenamiento de fuerza en niños puede ofrecernos beneficios tales como:
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Incremento de la fuerza muscular por medio de adaptaciones neurales que se basan en el incremento de las unidades motoras activas, superando los niveles de fuerza por encima del desarrollo normal.
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Una mayor coordinación y dominio técnico de los movimientos.
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Mejora de las destrezas motoras.
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Mejora del rendimiento y la eficiencia deportiva.
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Incremento de la densidad ósea.
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Reduce la tasa de lesiones deportivas.
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Mejora los procesos de rehabilitación.
Además, el aumento de los niveles de fuerza junto con el incremento de la velocidad trabajado progresivamente se traducirá en una ampliación del metabolismo anaeróbico, lo que se traduce en una mayor resistencia.
Según el rango de edad se deben plantear unos objetivos de trabajo, a contiuación planteamos los principales rangos de actuación en tres etapas evolutivas diferente:
De los 6 a los 10 años, se debe desarrollar las capacidades motoras y coordinativas del niño con cargas de entrenamiento sin gandes oscilaciones en cuanto al volumen y la intensidad, y a través de ejercicios gimnásicos como saltos, lanzamientos de objetos, empujes contra la pared o contra otro compañero con algún material como el “soga-tira”, y con ejercicios de equilibrio o coordinación.
De los 11 a los 14-15 años, se debe iniciar el desarrollo de la fuerza explosiva y de la fuerza resistencia, pues esta franja etaria coincide con la etapa de entrenamiento básico en la mayoría de modalidades deportivas. Se debe empezar a trabajar los levantamientos de peso libre a intensidades bajas para aprender la correcta ejecución técnica y el adecuado control postural en cada movimiento. Un ejemplo de sesión podría presentar 2-3 series de 4 ejercicios multiarticulares del tipo sentadilla o press banca, con pocas repeticiones. Y una vez automatizada la técnica correcta se puede ir aumetnando el numero de repeticiones hasta 10-12 por ejercicio, y minimamente la carga pero de manera muy gradual.
De los 15 a los 17-18 años, a estas edades las diferentes modalidades deportivas comienzan su fase específica de entrenamiento incluyendo movimientos técnicos muy concretos y aumentando la intensidad y el volumen de los ejercicios planificados. Se introducen ejercicios más intensos con pesos libre iniciados en la etapa anterior y se trabaja buscando el rendimiento con trabajos de fuerza máxima cercanos al 1RM.
Pero, también puede tener efectos perjudiciales, tales como lesiones provocadas por el uso de técnicas inapropiadas de entrenamiento o por carga excesivas, cuando se realizan sin una correcta prescripción y supervisión de profesionales cualificados como son los entrenadores que puedes encontrar en los servicios que ofrece BodyQuick, quienes garantizaran la correcta periodificación y seguridad del entrenamiento.
