¿Cómo puede ayudar el entrenamiento con Electroestimulación en el Baloncesto?
Si pensamos en baloncesto automáticamente nuestro cerebro lo relaciona con un gesto técnico principal: el salto. Es evidente que un atleta que participe en este deporte debe destacar en la capacidad de salto vertical y por eso es el gesto técnico más estudiado en este campo; pero además del recto femoral, que supone el 50% del trabajo que el organismo realiza en el salto vertical, existen otros tres músculos cuya implicación es igual o más importante: gastrocnemios o gemelos y sóleo, el bíceps braquial y la musculatura de la región dorsal de la raquis, músculos cuya contribución generará un importante aumento de la altura alcanzada en el salto por cada jugador.
¿QUÉ ME PUEDE OFRECER UN ENTRENO CON ELECTROESTIMULACIÓN PARA MEJORAR COMO JUGADOR DE BALONCESTO?
En los entrenamientos orientados a mejorar esta capacidad deberemos centrarnos en ganar fuera máxima y fuerza explosiva; y se ha demostrado que realizando entrenamientos con electroestimulación se ha conseguido mejoras de hasta un 40% en la ganancia de fuerza, frente al entrenamiento tradicional. Esta mejora en la generación de fuerza se ha confirmado en sus tres expresiones: concéntrica, excéntrica e isométrica, está última es la que realmente interesa por su papel fundamental a la hora de generar fuerza explosiva en el gesto técnico del salto vertical anteriormente citado.
Además de la eficacia que demuestran este tipo de entrenamientos con electroestimulación añadiéndolos a una rutina de entrenamiento, también se consiguen mejoras mayores hasta después de cuatro semanas de entrenamiento tradicional sin EEM, después de haber realizado una programación de entrenamientos en las que si se incluía la electroestimulación. Y al igual que recordamos en otros post más globales, también aplicable al ámbito del baloncesto, los entrenamientos con electroestimulación reducen ampliamente el periodo de recuperación de lesiones, de recuperación de la musculatura atrofiada y ayuda considerablemente a realizar trabajo compensatorio de fuerza en deportes con gestos tan repetitivos como el baloncesto.
